Te despojaron,
crucificando tus días con esquirlas de olvido
y aún estrujan tus venas.
Es extraño sentir que camino
mientras el alma se me afloja
y es que en este despertar tardío
los ancestros rugen y se alzan gobernando su lugar.
Y no importa donde vaya,
ni el abismo por donde resbale,
el vestido me arremango
y empuño mi raza.
La sangre no coteja
es pie que hace camino,
caudal que no se detiene,
la lucha no termina.
Te llamaron salvaje
la tierra de los sin alma,
legitimando horrores
usurparon tu heredad,
pero jamás nos quitarán tu newen.
Y hoy la queja del grillete
deja surco de esta agonía.
Pueden talar nuestros bosques
y enjugar nuestros ríos,
pero ni con el ultraje
ni la humareda
podrá acabar con brío de nuestra sangre.
¡MARICHIWEW!
LIBERTAD MANQUE, CHILE.
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